A lo largo de mi trayectoria inmerso en el marketing de moda, he visto marcas nacer, brillar y, en algunos casos, desvanecerse. Pero hay algo que distingue a las que perduran: el propósito. No hablo solo de hacer ropa bonita o de seguir tendencias; hablo de construir algo que signifique más, que conecte con las personas en un nivel profundo. Desde mi experiencia personal, te comparto cómo he visto y contribuido a marcas de moda encontrar su alma y hacerse un lugar en un mundo saturado. Esto no es teoría de manual, es lo que he vivido, con aciertos, tropiezos y fracasos.

Empieza por el “por qué” …. Cuando me senté por primera vez con una marca de moda, me di cuenta de que no bastaba con diseñar una colección y lanzarla. Entendí que es necesario responder preguntas como: “¿Por qué existe esta marca? ¿Qué quieres que la gente sienta cuando use su ropa? o ¿Qué nos hace diferentes de la competencia?”. Y ahí empieza todo. Una marca sin propósito es como un maniquí: puede verse bien, pero no tiene vida.

El “por qué” es tu brújula. Recuerdo una línea de ropa sostenible de una reconocida marca. No se trataba solo de usar materiales con fibras recicladas o procesos sostenibles; el propósito era empoderar a los consumidores en su visión de proteger el planeta y reducir el impacto ambiental. Ese mensaje no solo contribuyó a la venta de los productos, también creó una comunidad. Mi consejo: siéntate con un café (o un jugo natural, si eres como yo) y escribe qué te mueve. Esa chispa es el corazón de tu marca.

Conoce a tu gente, no solo a tu mercado, en mis primeros años, pensaba que el éxito estaba en los datos demográficos: edad, género, ingresos, etc., pero con el tiempo entendí que no se trata de “venderle a mujeres de 25-35”, sino de conectar con personas reales que comparten tus valores. Una vez trabajé con una marca de líder en el mundo de los morrales y maletas de viaje, durante una investigación, al charlar con compradores y jóvenes a los que la marca pretendía llegar (esto era pre-Instagram), descubrimos que no querían solo productos funcionales y cool, querían sentirse parte de un grupo, eso nos permitió reorientar la estrategia y ajustar el enfoque de producto, en especial en una línea que apenas estaba despegando.

Hoy, con las redes sociales, es más fácil escuchar. Si estás atento a lo que comentan tus seguidores y lo que expresan a través de los canales digitales no solo ellos sino quienes le compran a tu competencia puedes tener más información valiosa que  con cualquier encuesta. Construir una marca con propósito significa saber quiénes son tus aliados, qué les importa y cómo tu moda puede ser parte de su historia.

Haz que el propósito se vea y se sienta, un buen propósito en papel no sirve si no lo haces tangible. Hace unos años, colaboré con una marca de bisutería con un formidable compromiso social. Su causa era apoyar a reclusas que estaban en su proceso de resocialización, pero sus clientes no lo sabían. Cambiamos eso: cada pieza venía con una tarjeta contando sobre quién la hizo y cómo impactaba. No era solo marketing, era prueba del compromiso de la marca.

El diseño, el empaque, las campañas… todo debe estar alineado con tu propósito. No se trata de alardear, sino de ser coherente. Si dices que te importa la sostenibilidad, que se note en tus acciones. Si hablas de inclusión, que tu casting lo refleje. La autenticidad se siente, y la gente la reconoce al instante.

Sé consistente, pero adaptable, un propósito sólido no significa rigidez. La moda es un mundo vivo, y tu marca de moda tiene que moverse con él. He visto marcas aferrarse tanto a su idea inicial que perdieron relevancia. Existen marcas que se resistía a usar canales digitales porque “no son su estilo”. Sin embargo, es posible mantener su esencia y aún así llegar a una generación conectada. El resultado es una comunidad online que abrazó su misión sin sacrificar su visión.

La clave está en equilibrar: mantén el núcleo de tu marca firme, pero dejar que la forma de contarlo evolucione. Hoy puede ser un post en redes, mañana un pop-store. Lo importante es que el propósito siempre esté al frente.

Un toque personal para cerrar, si me permites un consejo desde el corazón, te diría: cree en lo que haces. Construir una marca de moda con propósito no es fácil; hay días en que dudarás, en que el ruido del mercado te hará tambalear. Pero cuando encuentras esa conexión real con tu gente, vale cada esfuerzo. La moda no es solo telas y cortes, es un vehículo para algo más grande. Haz que tu marca sea ese puente entre lo que eres y lo que el mundo necesita. ¿Cuál es tu propósito? Ahí empieza todo.